¿Qué es procrastinar?
Procrastinar es, simple y sencillamente, dejar de lado ciertas tareas con la intención de hacerlas en otro momento. Poniéndonos un poco metódicos diríamos que es la acción de aplazar o posponer, resultado de ocupar tu tiempo con otros quehaceres.
¿Por qué procrastinamos?
Los expertos afirman que procrastinar, lejos de ser un reflejo de la pereza, es una estrategia de autoprotección y que existen cuatro razones para que las personas procrastinemos:
- No existe motivación.
- La inseguridad paraliza: “ya lo haré mañana, que seguro que se me ocurre la forma de lograrlo.”
- Se busca la perfección: “si lo hago, lo hago bien, sino no lo hago”.
- El exceso de confianza crea la ilusión de que se podrá resolver fácilmente en “cualquier momento”.
Ciclo del procrastinador
El ciclo del procrastinador tiene básicamente tres componentes: Acción – Distracción – Toma de conciencia.
Empiezas la tarea pendiente, pero pones alguna de las excusas antes mencionadas para posponerla hasta otro momento. Cuando ese momento llega, te preparas para realizar la tarea, pero algo te distrae y consigue que la postergues nuevamente hasta que te sientes culpable por no realizarla, por lo que vuelves a empezar.
¿Cómo evitar la procrastinación?
Evitar la procrastinación requiere, principalmente, fuerza de voluntad. Si estás leyendo esto, si has llegado hasta aquí en el artículo, es porque te encantaría encontrar una receta mágica contra la procrastinación y, lamentablemente, ¡no existe! Sin embargo, sí que hay ciertas cosas que puedes hacer:
- Tomar conciencia de la situación y establecer prioridades.
- Cambiar tu perspectiva: no intentes ocuparte de todo de golpe, divide en tareas más pequeñas y asumibles.
- Planificar con tiempo y marcar plazos que, por supuesto, debes cumplir.
- Comprometerte y tomártelo en serio.
- Ser capaz de identificar cuándo te estás distrayendo: suele ser ese momento en el que coges el teléfono móvil, en el que la música relajante acaba siendo una canción que cantas a pleno pulmón o en el que esa consulta en Google te tiene viendo las redes una hora.
- Tener presente la recompensa de tu trabajo, es decir, los motivos que te llevan a realizarlo te servirán de motivación.
- Aprender a gestionar el tiempo.
Rutina anti-procrastinación
La rutina suele tener una connotación muy negativa, sin embargo, a la hora de estudiar o trabajar es imprescindible para evitar que ciertos hábitos perjudiciales para nuestro rendimiento se entrometan.
Por supuesto, la rutina de trabajo o estudio perfecta debe establecerse de forma individual atendiendo las circunstancias, características y necesidades de cada persona, pero a modo de ejemplo queremos exponerte algunas pautas que te podrían venir bien a la hora de establecer la tuya propia.
Organización mental
Para llevar a cabo ciertas tareas es necesario poseer un estado mental adecuado y éste solamente se puede alcanzar si:
- Eliminas de tu mente todo aquello que no tiene nada que ver con la actividad de la que estás a punto de ocuparte. La concentración es vital y, por ello, si existen preocupaciones que entorpezcan tu productividad debes bloquearlas.
- Dices adiós al multitasking, o lo que es lo mismo, te olvidas de la idea de la multitarea y te encargas de una sola cosa de cada vez.
- Gestionas tu tiempo correctamente para poder llegar a todo y cumplir los objetivos de un modo organizado.
¿Cómo gestionar el tiempo para evitar postergar tareas?
Aprender a gestionar el tiempo es clave para evitar la procrastinación y, por ello, queremos compartir contigo el método de gestión del tiempo por excelencia para que puedas conseguirlo.
La matriz de Eisenhower
Se realiza elaborando un listado con todas las tareas que se deben realizar y trasladando éstas a la siguiente clasificación:
- Urgente e importante. Tareas que deben realizarse de inmediato.
- Importante, pero no urgente. Tareas que debes programar para hacer en un futuro próximo.
- Urgente, pero no importante. Tareas que puedes delegar en otra persona.
- Ni urgente ni importante. Tareas que puedes, simplemente, descartar.
Organización material
Nuestro entorno (físicamente hablando) también nos influye enormemente, por lo que es muy importante que dispongas de todos los elementos necesarios para afrontar tu jornada de trabajo o estudio antes de ponerte a ello. Procura que la ubicación sea adecuada: estancia tranquila, bien iluminada y que te permita trabajar cómodamente.
Búsqueda de motivación
Si la falta de motivación es uno de los motivos por los que sueles procrastinar, es obvio que necesitas encontrar algo que te motive y te ayude a evitar este mal hábito. ¿Cómo hacerlo? La respuesta es: depende.
Cada persona encuentra su motivación de un modo diferente. Obviamente, lo primero que debes hacer es poner en perspectiva las tareas y objetivos que tienes, de modo que sepas por qué estás haciendo lo que estás haciendo. No pierdas de vista el foco principal de tus actividades: ¿qué es lo que vas a conseguir haciendo esa tarea que tanto se te atasca?
Por otro lado, es importante que te conozcas a ti mismo y sepas que tipo de motivación necesitas. Existen personas que se activan con el deporte, otras que lo hacen con una simple ducha… Encuentra aquello que te despierte y, una vez tengas la mente completamente despejada y lista para comenzar, sencillamente ¡hazlo!
Di no a las excusas y ponte manos a la obra.
Frena la inseguridad con la formación adecuada
Si bien es cierto que muchas veces la inseguridad es debida al terrible “síndrome del impostor”, en muchas ocasiones, se debe a la ausencia de control que produce el desconocimiento.
Pongamos por ejemplo que tu objetivo es emprender. Tienes la idea de negocio en tu cabeza y no dejas de comentar a tu entorno cercano las posibilidades, pero ¡jamás das el paso! Piensa detenidamente los motivos para frenarte y ponle solución formándote y ampliando tus conocimientos.
Adiós al perfeccionismo y al exceso de confianza
El perfeccionismo y el exceso de confianza son las dos caras de una misma moneda. Ambos son culpables de que pierdas tu tiempo y no afrontes tus tareas y, aunque parezca que lo hacen desde una perspectiva muy diferente, en realidad son casi lo mismo: una persona practicando el autosabotaje en el camino hacia sus objetivos.
Destierra la idea de que debes alcanzar la perfección y no permitas que esa falsa creencia te evite avanzar. El camino se hace caminando.
Procrastinar con la idea de que podrás hacerlo fácilmente en cualquier otro momento tampoco es bueno, y es que, como bien sabes, después llega el estrés y la falta de tiempo.
En resumen, para evitar caer en el círculo de procrastinación debes tener claro tu objetivo final, gestionar tu espacio y tiempo del modo correcto y formarte para tener en tu mano todo el conocimiento necesario para convertirte en un experto.
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