Qué supone usar la Banca Electrónica
Hoy en día, todos los bancos disponen de una plataforma en su página web desde la cual, previamente identificados con un usuario y una contraseña seguros, podemos realizar prácticamente las mismas gestiones que en una oficina física: consultar los saldos y movimientos de nuestras cuentas, realizar pagos o transferencias, pagar nuestros impuestos, dar de alta nuevas cuentas, solicitar tarjetas de crédito o préstamos, realizar aportaciones a nuestro plan de pensiones…, pero además con una serie de ventajas frente a la banca tradicional:
- Disponibilidad 24/7: olvídate de los rígidos horarios bancarios y de las largas esperas en las ventanillas. Podrás realizar todas tus gestiones tranquilamente a cualquier hora y desde cualquier lugar, simplemente con tu ordenador o teléfono móvil.
- Ahorro comisiones: muchas de las gestiones que acarrean una comisión si se realizan en la oficina física son totalmente gratuitas en la banca electrónica.
- Mayor transparencia en las condiciones de los contratos. Toda la información debe estar disponible en la página web, y normalmente, en términos más claros y concisos.
- Disponen de ayuda on line o un gestor personal que da soporte personalizado a cada cliente.
¿Cuáles son los medios de pago existentes?
En general, podemos clasificar los sistemas de pago en tres grandes categorías: sistemas de pago inmediato, sistemas de pago diferido y sistemas prepago.
El sistema de pago inmediato es el que utilizamos habitualmente en nuestra operativa diaria cuando pagamos en efectivo. Pero hay que tener en cuenta que no solo los billetes y monedas tienen consideración de dinero en efectivo, también los cheques bancarios al portador o cualquier otro medio, físico o electrónico, planteado como pago al portador.
Existen limitaciones legales al pago en efectivo en aquellas operaciones en las que una de las partes intervinientes (o las dos) sea una empresa o un profesional. Actualmente, están limitadas a 2.500 €, pero en el futuro, se prevé que la normativa limite el importe máximo a 1.000 €.
Otro sistema de pago inmediato serían las transferencias, que se gestionan a través de un sistema suprabancario, que en España se denomina SNCE y en la zona euro Sistema Target2, o los adeudos por domiciliación.
En cuanto a los sistemas de pago diferidos, un préstamo o una hipoteca son ejemplos de instrumentos de este tipo, en los que la entidad bancaria anticipa una cantidad de dinero a un cliente, el cual deberá devolverlo en un período de tiempo más o menos largo, además de los intereses que se hayan generado en dicho intervalo. Una tarjeta de crédito también es otro ejemplo de un medio de pago diferido.
Por otro lado, los sistemas prepago consisten en anticipar y reservar un determinado importe en un cierto instante para proceder al correspondiente consumo en otros momentos posteriores. Esa retención o carga del dinero suele llevarse a cabo a través de una tarjeta prepago, es un caso particular de una tarjeta de débito (tendría que estar limitado el importe máximo a gastar en un período considerado).
En cuanto a los sistemas de pago electrónicos, podemos clasificarlos en:
- Tarjetas bancarias: bien sean de débito, crédito, prepago o fidelización.
- El dinero electrónico: dinero que no tiene soporte físico y que puede transferirse a través de medios telemáticos, como el bitcoin, entre otras cibermonedas.
- Órdenes de pago electrónicas: no existe todavía una alternativa plenamente funcional a los cheques o pagarés tradicionales, aunque en algunos países sí se están desarrollando opciones en este sentido, por ejemplo, en algunos países latinoamericanos está implantado el echeq, gestionado desde la banca virtual.
- Pago mediante móvil: los nuevos teléfonos móviles soportan la funcionalidad de realizar pagos a través de ellos, utilizando la tecnología NFC, que permite transmitir datos entre dispositivos que están muy cercanos.
Además, existen plataformas de pago en internet que han conseguido una gran aceptación. La líder a nivel mundial es PayPal, que permite la realización de pagos, así como la transferencia de dinero entre particulares o empresas. La gran ventaja es que no es necesario transmitir datos confidenciales como números de cuenta o de tarjeta, por lo que su uso es sencillo y seguro. Algunas estadísticas hablan de que hay más de 100 Millones de usuarios en el mundo.
Otras plataformas también conocidas son Ethereum, Litecoin o Neo.
Operaciones en Banca electrónica
El conjunto de servicios que se pueden proporcionar a través de la banca electrónica es muy amplio, dado que se pueden emular la mayoría de operativas que se realizan en las oficinas físicas de las entidades financieras, siempre y cuando se pueda identificar correctamente a la persona usuaria cuando así lo demanda la normativa vigente. Lo habitual, en cualquier caso, es que la tecnología ya ofrezca todas las soluciones posibles para proporcionar los servicios necesarios. Las operaciones que se pueden llevar a cabo en banca electrónica se pueden clasificar, desde el punto de vista de la entidad, en:
- Operaciones de activo: Créditos, préstamos, arrendamientos financieros, descuento bancario, financiero y de certificación, cancelación de descubiertos, factoring y confirming.
- Operaciones de pasivo: Depósitos a la vista y a plazos, depósitos estructurados, cuentas corrientes, certificados de depósitos.
- Operaciones de intermediación financiera: en este tipo de operaciones, las entidades realizan una labor de contacto entre personas o entidades demandantes y oferentes de fondos, por ejemplo, adquisición de deuda pública, inversiones en renta fija privada, inversiones en renta variable, fondos de inversión y planes de pensiones, seguros de vida y planes de ahorro o productos derivados.
Seguridad en el uso de la Banca electrónica
Las entidades financieras deben garantizar al máximo la seguridad en todas sus aplicaciones y, de manera similar, las personas usuarias han de adoptar las medidas necesarias para la prevención de ciberataques. Todo ello obliga al análisis de posibles amenazas, vulnerabilidades, probabilidades de ataques e impacto de los mismos, que se detallan en un Plan de seguridad que cubra todos los puntos débiles del sistema.
Las principales amenazas que pueden afectar a los sistemas informáticos se pueden clasificar en:
- Amenazas físicas: posibles fallos de suministro eléctrico (que no obedezcan a una intervención humana directa), climatología adversa (sequías, condiciones extremas de humedad, etc.) o catástrofes naturales (inundaciones, terremotos, incendios, etc.). Los sistemas deberían contar con mecanismos de prevención contra sus efectos.
- Amenazas de carácter lógico: se refieren a errores de programación o de sistemas de transmisión de la información que pueden quedar al descubierto y propiciar ataques ilícitos contra el sistema informático.
- Ciberdelincuencia: ataques directos y programados, dirigidos al sistema, a cargo de personas que buscan un beneficio personal o simplemente causar un perjuicio a la organización. En la mayoría de las ocasiones aprovecharán la materialización de las amenazas físicas o lógicas.
Las principales medidas de seguridad que ha implantado la banca electrónica para combatir estas amenazas son: utilización de antivirus, elección de contraseñas complejas, utilización de cortafuegos, utilización de software de cifrado, limitación de acceso a datos en función de tipos de perfiles…, además de medidas físicas, como realización de copias de seguridad, redundancia de hardware y software o protección contra riesgos físicos, entre otras.
A pesar de estas medidas de seguridad, no dejan de aparecer nuevos delitos relacionados con la Banca electrónica como los siguientes:
- Phishing, que consiste en enviar mensajes a los clientes de una entidad suplantando su imagen corporativa, para conseguir que les proporcionen información personal y sensible, bien por sms, por mail, a través de páginas web falsas o de llamadas telefónicas.
- Smishing, es un tipo específico de phishing que se basa en mensajes de correo fraudulentos (SMS o, por ejemplo, WhatsApp).
- Pharming, en el que la ciberdelincuencia realiza una explotación de una página web de manera que el tráfico a través de la misma resulta interceptado, y esto les permite robar la información confidencial.
- Key loggers, elementos que realizan un seguimiento y registro de las teclas que una persona usuaria va pulsando en su equipo, para utilizarlos con fines delictivos.
Es necesario que las entidades financieras se anticipen proactivamente para detectar estas prácticas, utilizando métodos estadísticos para detectar patrones sospechosos o, más recientemente, sistemas basados en la inteligencia artificial, que aprenden de sí mismos, para ser cada vez más efectivos en la detección de este tipo de comportamientos fraudulentos. Esto hace que cada vez la banca electrónica ofrezca una mayor seguridad a sus usuarios.
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