El desarrollo tecnológico no solo ha facilitado la difusión de la música sino también su creación. De una primera etapa en la que la tecnología trataba de cubrir necesidades se ha pasado a otra, marcada por la vocación de sorprender e innovar. Todas las ayudas tecnológicas que han ido surgiendo a lo largo de los años, como el editor de partituras Noteflight, han acompañado a la formación de los músicos.
No obstante, el uso de las nuevas aplicaciones para la difusión y la creación de la música plantea una discusión seria entre sus compositores: la banalización de este arte.
David Fermoselle es un músico gallego que se ha subido a la ola del avance tecnológico para sacarle el máximo rendimiento junto a sus dos compañeros César y Fabio. El trío gallego forma Belöp, un grupo “de rollito guapo” con varios premios a sus espaldas que mezcla un estilo synthpop con influencias de todo tipo.
¿Qué papel juegan los avances tecnológicos como el editor de partituras en el desarrollo creativo y a la hora de escuchar música?
Hablando de desarrollo creativo, los avances tecnológicos suponen una ayuda muy grande, pero no suponen algo definitivo. Los DAW, secuenciadores o instrumentos electrónicos son algo que ya llevan muchos años entre nosotros, pero cada vez los fabricantes van añadiendo nuevas características que nos ayudan a la hora de crear y que sobre todo a gente con poca formación le ayuda y le anima a meterse en el mundo de la creación musical.
De todos modos, aún hay muchos músicos que siguen creando y grabando de forma más vintage, esto es, sin ayuda de ordenadores y las suculentas opciones y beneficios que nos ofrecen los VSTI (plugins) DAW`s y demás. Aparte se aproxima otra revolución tecnológica musical con el MIDI-CI o MPE (Midi Polyphonic Expression).
En cuanto a la hora de escuchar música, hoy en día mediante streaming se ofrecen muchas formas de escuchar música y de descarga digital, lo que hace que todo el mundo pueda acceder a todo tipo de música. De todas formas, yo soy partidario del formato físico, ya que el poder tener un librito para leer las letras, los instrumentos utilizados, los músicos que participan... siempre me pareció atractivo.
Un Ferrari sin volante no sirve de nada.
¿Cómo quedan definitivamente las figuras del compositor e intérprete con la incorporación de la tecnología en la creación musical? ¿Se podría hablar de una fusión entre ambas?
Depende a que nos refiramos con compositor e intérprete. En muchos casos la fusión ya existe, ya que la tecnología hace que desde un simple teclado MIDI junto con un buen portatil con DAW y plugins puedas hacer maravillas. Y ya si nos centramos en los hits del pop, normalmente no existe esa función, porque por lo general en la creación de esos temas no suele ni participar el artista y si contratar a varios compositores y productores con larga experiencia en la composición de hits.
Si hablamos de identidad, estilo, personalidad, ¿qué diferencias diría que hay entre la creación de una obra tradicional y una moderna? ¿Es “menos música” una que otra?
Para nada es menos música, simplemente es un recurso más para la inspiración y creación de nueva música.
¿Cree que la tecnología ha hecho que los productores actuales puedan producir éxitos sin necesidad de conocimientos de composición musical? ¿Podría en parte ser por la aparición de aplicaciones que ayudan a componer fácil y rápidamente?
Es cierto que la tecnología ofrece grandes ayudas a la gente sin conocimientos musicales. De todas formas, se necesita tener cierto oído y talento para crear un hit; un Ferrari sin volante no sirve de nada.
Los avances tecnológicos suponen una ayuda muy grande pero no suponen algo definitivo.
¿Cuál es el factor más importante para ser un innovador en el terreno de la música en la actualidad?
Desde mi punto de vista se necesita pasión, una inspiración, una idea y llevarla a cabo. Últimamente me gustan las innovaciones que hace cierta gente mezclando música tradicional de algún territorio con otros estilos, ayudado de las mencionadas nuevas tecnologías.
Si bien nunca habrá nada que se compare con la respuesta táctil que se obtiene al tocar un instrumento musical, la introducción de la tecnología en el mundo de la música, como una simple aplicación que funciona como editor de partituras, permite experimentar con el sonido y la composición de una manera que nunca antes se había dado.
Foto de portada realizada por Mateo H Soto. Buhardilla Lab
