Desarrollo de la Formación Online
El primero de esos cambios es el gran desarrollo de la formación on-line que genera nuevas oportunidades tanto para el docente como para el alumno.
Para el docente porque le permite desplazar el aula de un medio físico limitado hacia uno en el que existen multitud de formatos y herramientas formativas tales como vídeos, presentaciones, foros, gamificación, etc. Y también porque el proceso de formación deja de ser una emisión en directo para convertirse en un proyecto llave en mano que el docente puede utilizar en diferentes ocasiones.
Pero el cambio es mucho más profundo en el alumno. En primer lugar porque la formación deja de ser un proceso colectivo y uniforme (mismo momento, mismo lugar, mismo temario) para convertirse en un camino individual , en el que el alumno estudia donde y cuando le resulta más cómodo y adquiere los conocimientos específicos deseados. Pero además porque puede elegir la entidad o incluso el docente o el método de estudio en el que quiere formarse y que puede estar localizado en cualquier parte del mundo.
Y eso hará (o está haciendo) de la formación un proyecto global, universal , sin más limitaciones que el coste del curso y el idioma en el que este se imparte. Personas de cualquier país del mundo pueden estudiar un mismo curso impartido por un mismo docente, y todo ello sin salir de casa.
Así, pese a que cada alumno tendrá un itinerario formativo propio basado adaptado a sus gustos, capacidades y necesidades , podrá compartir procesos formativos con estudiantes de todo el mundo y esto implicará una mayor riqueza cultural, tanto para los alumnos participantes como para el docente.
Desarrollo de contenidos
Además cada vez resultará más importante la producción y el consumo de contenidos muy específicos y de mayor calidad (tanto en el aspecto técnico como en el didáctico) orientados a cubrir una necesidad específica para el empleo. Así, el profesional no dependerá de unos contenidos generales, como por ejemplo una cerrera universitaria, para obtener un empleo sino que cada puesto de trabajo ofertado, dependiendo del tipo de empresa, el sector y su entorno, demandará una formación específica a medida imprescindible para poder optar al puesto , además de exigir una actualización permanente
Así, resultará necesario poder disponer de entidades que trabajen en diferentes países que puedan certificar o validar a nivel global los estándares de calidad y adaptabilidad a los objetivos perseguidos de todos los cursos ofertados por cualquier universidad, escuela o centro formativo.
Pero además de la formación, el empleo será algo que cambiará o está cambiando, de manera sustancial. Ya no es necesario ir a una empresa para poder trabajar en la misma. Esto que nos puede parece tan obvio, después de una pandemia que nos ha mantenido confinados y teletrabajando, supone una auténtica revolución social y laboral. Así, ya no importa en que lugar del país resides para trabajar en una empresa, que puede estar situada en la otra punta del país, lo que hasta hace unos meses podía limitar las ofertas de trabajo a residentes en las proximidades de la empresa o fábrica.
Pero este proceso, a medio plazo se extenderá a profesionales que vivan en cualquier país del mundo y que dispongan de la formación y requisitos solicitados por la empresa, que a su vez puede estar situada en otro país.
Es probable que esta deslocalización general de trabajadores implique una equiparación en condiciones y sueldos a nivel global (una buena noticia para trabajadores de países en desarrollo y quizás no tan buena para los que vivimos en países desarrollados) pero lo que parece claro es que redundará en una mayor globalización de la economía, de las empresas y por tanto un mayor desarrollo del comercio internacional.
Mayores oportunidades de empleo
Tomando el aspecto positivo de esta tendencia, tanto empresas como trabajadores (tanto por cuenta ajena como autónomos) van a poder optar a una mayor oferta tanto de empleo como de empleados y contarán con una experiencia laboral más rica y variada.
Es cierto que este cambio quizás no sea inminente, de hecho, hay grandes interrogantes que habrá que contestar previamente, asociados por ejemplo a los derechos de los trabajadores, la homologación de cursos o sistemas formativos en cada país o bien impuestos y prestaciones que deberán pagar empresas y residentes. Además este cambio no será para la totalidad de trabajadores ya que siempre existirán puestos de trabajo asociados a la localidad desde gestores y trabajadores de organismos y servicios públicos, transportes, funcionarios, comercio de proximidad, entre otros.
Pero en mi opinión este es un proceso tan irreversible como la deslocalización de empresas que tuvo lugar hace veinte años. ¿Y que aconsejaría para adaptarse a estos cambios? En primer lugar tener claro en que sector o puesto de trabajo se quiere desarrollar la actividad laboral y establecer un itinerario formativo, que contenga no solo habilidades utilizadas en esa posición sino idiomas y el uso de herramientas de trabajo colaborativo que son la base para ese cambio. Además, crear y desarrollar una marca personal, no solo a nivel personal sino personal, favorecerá en ese objetivo.
