¿Cómo implementar un proceso de Digitalización dentro de la empresa?
Antes de comenzar hay que establecer el punto de partida. Existen distintas herramientas que pueden ayudar en esta tarea, el más sencillo y conocido es el análisis DAFO, un mapa que permite estructurar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la organización para entender en qué situación se encuentra la empresa.
Primeros pasos para la digitalización
Hay una diferencia entre simplemente estar en internet, ya sea a través de una web corporativa o de perfiles en redes sociales, e implementar un proceso de transformación digital que será lo que realmente ayude a la empresa a fijar sus intereses en el mundo digital. El marketing y las transacciones comerciales se han ido adaptando y transformando para dar respuesta a las necesidades del mercado. Las empresas deben comprender el mundo en el que viven y entender cómo pueden alinear sus intereses con lo que sus compradores potenciales están buscando.
Tras llevar a cabo la fase inicial de análisis, los responsables cuentan con una visión global de la situación actual. A partir de ahí, hay que ir profundizando en las acciones que se están llevando a cabo en el ámbito digital. Tener identificada a la competencia será muy útil en este punto porque permitirá comprobar lo que están haciendo y que se puede adaptar a las necesidades de la compañía. Con toda esa información se pueden empezar a definir los objetivos que deben tener en cuenta:
- Factores internos: comunicación corporativa dentro de la empresa, necesidades de formación en competencias digitales y prioridades del equipo.
- Factores externos: situación actual del mercado, acciones que lleva a cabo la competencia, elementos sociales y demográficos que puedan influir en el proyecto.
- Relación con el cliente: conocer bien al público al que se dirigen los productos de una determinada marca es indispensable para mejorar su experiencia y, de esta forma, aumentar las ventas.
Un plan de digitalización efectivo debe estar bien estructurado con objetivos concretos y medibles. Plantear plazos de finalización ayudará a optimizar los procesos, dichos plazos deben ser flexibles para adaptarse a los cambios e inconvenientes que puedan surgir. En la siguiente fase, se llevará a cabo la implementación de las acciones planteadas. En un mundo digital, cada vez más actualizado, es imprescindible la formación para asegurar que los miembros de un equipo están preparados para los retos y funciones que deberán desempeñar.
¿En qué áreas se debe invertir en formación?
Las competencias digitales se centran en:
- Gestión de datos: formación para llevar a cabo una correcta recopilación, análisis, recuperación y tratamiento de la información recopilada a través de canales digitales.
- Comunicación: un campo fundamental para cualquier trabajador, potenciar las habilidades comunicativas, contar con herramientas y conocimientos para llevar a cabo funciones y transmitirlas de manera efectiva al resto del equipo, ayudará a alcanzar los retos planteados. Formarse en competencias digitales permite conectarse con otros usuarios a través de la red, compartir recursos e interactuar siguiendo la estrategia comunicativa marcada por la empresa.
- Ciberseguridad: ahora que muchas empresas empiezan a apostar por el teletrabajo, es un buen momento para formar a sus empleados en el uso y tratamiento de los datos que gestionan. De esta forma, podrán evitar filtraciones que provoquen una crisis de marca.
Beneficios de la formación en competencias digitales
Los empleados son la clave para que un proyecto funcione. Si conocen bien el producto, sus características y las necesidades del público al que se dirigen, les resultará más sencillo llevar a cabo sus tareas. Cuando se empieza un proceso de digitalización no se puede obviar la importancia de que, quienes realmente usarán los cambios implementados en su día a día, comprendan las herramientas y el propósito de las acciones que se llevarán a cabo para la modernización de la empresa. La inversión en formación beneficia a ambas partes y permite:
- Agilizar procesos.
- Mejorar la comunicación interna.
- Aumentar la productividad.
- Disminuir los costes derivados de un mal uso de las herramientas.
- Aumenta la adaptabilidad al cambio.
Para diseñar el proceso de formación hay que conocer bien el organigrama de la empresa, las personas que la forman y sus necesidades de aprendizaje. También hay que tener en cuenta el puesto que desempeñan para entender qué necesitan saber y cómo afectará la digitalización a sus funciones. Con esta información se puede diseñar un itinerario formativo personalizado que permita adecuarse a las necesidades del mundo digital.
Anticiparse al futuro y a las tendencias del sector es cada vez más necesario. La escucha activa, un análisis completo de la situación empresarial y la apuesta por la formación continua, ayudarán a las empresas a sumarse al ámbito digital y aprovechar todas las ventajas que los canales electrónicos les ofrecen.
