Más allá del currriculum. Motivar a los alumnos.
Es necesario ir un poco más allá de los mínimos establecidos en los objetivos de la programación porque el objetivo no debe ser "aprobar" la asignatura sino "entender" la parte del mundo que cabe en los límites de la asignatura y, sobre todo, disfrutar de la asignatura. Lo importante no es la nota, la nota solo es una consecuencia de saber contar lo aprendido y, si los profesores lo hacemos bien, todos los alumnos aprueban porque todos aprenden. Como docente, cuando un alumno suspende, siento que yo también suspendo porque no he sido capaz de hacerle llegar los conocimientos ni de motivarlo para que lo que le enseño le resulte, por lo menos, interesante.
Hoy en día con la cantidad de información que tenemos en internet y otras fuentes fácilmente asequibles, no podemos seguir centrando la docencia en enseñar contenidos teóricos, sino en "sacudir" a los alumnos para dejarlos siempre "con sed" para que quieran más, se acerquen a las fuentes y beban a gusto. Pero no debemos olvidar darles herramientas que les permitan discernir de qué fuentes merece la pena beber, cuales los van a hidratar y cuales envenenar.
¿Cómo motivar?
Entonces ¿Cómo hacerlo? Lo primero es entender que la escuela no puede estar separada del mundo, los chicos tienen que poder descubrir su experiencia vital en lo que estudian en el instituto. Es evidente que algo anda mal cuando un chico del rural suspende naturales, por ejemplo. Recuerdo la cara que se le quedó a un alumno cuando descubrió que una "mezcla heterogénea" era una ensalada. Por otro lado, hay que entender que el mundo es uno, no está separado en porciones, nosotros dividimos en asignaturas para poder abarcarlo mejor pero el Renacimiento, por ejemplo de historia, es el mismo que el de literatura; y esto que nos parece una obviedad para los alumnos no lo es tanto.
Pese a que la mejor motivación es la que sale de dentro, la intrínseca, es cierto que hay algunas cosas que podemos hacer para mejorar la motivación de nuestros alumnos, como relacionar la materia con la vida de los estudiantes, por ejemplo, recuerdo una vez siendo estudiante que me encontré "al de mates" una tarde en un billar y desde ese día entiendo mejor la trigonometría.
También se les puede "sorprender" con actividades que aumenten su curiosidad como vídeos, juegos, etc.. o bien actividades que se apoyen en sus habilidades personales, por ejemplo, un año me tocó enseñar cultura clásica a un grupo de estudiantes que no tenían interés y lo habían escogido para huir de la otra optativa que era más difícil según ellos. Al final resultó una clase muy activa porque hicimos una "domus" de cartón y un uniforme de legionario romano de tamaño natural con latas de refresco y la goma de un neumático. Lo gracioso es que al final trabajaron mucho más que los de la otra optativa y todos tan contentos.
Tener en cuenta a los alumnos es lo principal
Esto nos lleva a la necesidad de poner a los alumnos en el centro, ellos son los verdaderos protagonistas de todo esto. yo no me pongo ante una clase para cumplir la programación, ni para lucirme, ni para ser el ogro come niños; yo solo estoy aquí para ayudarles en su proceso de aprendizaje. El resto: la programación, las actividades, todo eso son medios y no fines. Y eso no todos los profesores lo tienen claro.
Es cierto que a veces es necesario dar una clase magistral, pero los alumnos tienen que poder interrumpir, preguntar cuando lo necesiten, opinar y así la clase es amena y un lugar de conocimiento no de disciplina o sumisión. A veces hay que saber cuando hay que parar, atender a las necesidades de los alumnos y luego seguir donde lo habíamos dejado una vez que se haya superado el obstáculo que no nos dejaba avanzar.
Actividades para motivar a los alumnos
Otra opción que me parece interesante y motivadora es la elaboración de actividades transversales, es decir, que involucran a varias asignaturas y en las que se destaque el protagonismo de los alumnos y el trabajo colaborativo según las habilidades de cada uno. Claro que para eso los profesores se tienen que comprometer tanto o más que los alumnos porque esto da mucho trabajo previo de programación, diseño de la actividad, programación y demás. ¿Cómo podremos motivar a nuestros alumnos si nosotros estamos desmotivados? Los chicos son expertos en detectar nuestra pasión por lo que enseñamos pero también si hay desgana o falta de interés.
Por último os invito a utilizar las TICs y los recursos novedosos. Siempre estamos con este tema y a riesgo de parecer pesada, no las usamos en todo su potencial. Hay en mi colegio un profesor que eles dice a los alumnos "Abrir la tablet por la página 200, Fulanito lee". Eso no es. Una vez hace años tuve un alumno de 1º ESO que nunca venía a clase pero que me enteré que le gustaba mucho la informática, con lo que lo convertí en mi ayudante con el proyector y eso hizo que viniera siempre a mi clase para ayudarme. Otra posibilidad, menos elaborado pero también muy rentable es ponerles una película y organizar un cine fórum en el aula donde se comente la película y se busquen, por ejemplo, fallos históricos para fomentar el espíritu crítico.
En resumen, hay muchas cosas que podemos hacer en el aula para motivar a nuestros alumnos pero la principal y fuente de todas las otras es motivarnos nosotros. Esa es la clave del éxito.