Antes de nada, es necesario aclarar que trabajar más horas no significa rendir mejor. La productividad se mide por el número de objetivos conseguidos, no por el tiempo empleado. Esta idea la aplicaba el venerado Steve Jobs, que explicaba de esta forma su procedimiento en Apple, basado en la simplificación de tareas: "Tengo una hoja de papel con diez cosas a realizar y si mi empresa solo puede hacer una para el año que viene, veo qué es y literalmente cierro todo lo demás".
Técnicas para incrementar la productividad
Sigue estos diez consejos para organizarte y mejorar tu desempeño laboral:
- Planificar la jornada: antes de irte a dormir, revisa las citas, llamadas o juntas que tengas programadas y analiza cualquier fecha de entrega que tengas pendiente. Así empezarás el día preparado para lo que te espera. Deja un tiempo para los imprevistos, que sea suficiente para reaccionar y evitar que tu organización no se venga abajo al menor problema.
- Organizar las tareas: no somos máquinas. Por el momento, no somos capaces de hacer de forma eficaz dos o más tareas al mismo tiempo. Lo ideal es comenzar por una pequeña actividad de dificultad media, que sirva de calentamiento para llegar al máximo rendimiento intelectual. A continuación introducir el trabajo más complicado, para finalizar con tareas más sencillas y en las que interfiera menos el cansancio.
- Aprender a delegar: en el ámbito de la productividad, la Ley de Pareto es tan simple como que el 20% de tus tareas ocupan el 80% de tu tiempo. Practica el arte de la eliminación para detectar y borrar o delegar de tu lista de tareas aquellas que no te reportan apenas beneficio y consumen gran parte de tu tiempo.
- Evitar distracciones: aleja el teléfono un par de metros, déjalo en silencio y programa que solamente suene cuando te llamen y no cuando te llegue algún WhatsApp. Ya tendrás tiempo para mirarlo en los descansos o cuando acabe tu jornada. El nivel de ruido ambiental es otro factor a controlar.
- Programar pausas: el aire fresco y el movimiento pondrán a tu cerebro en la actitud correcta para iniciar el día. El cerebro necesita fases de compresión y descompresión, de máxima concentración y de relax. En 10-20 minutos puedes lograr el estado mental ideal para enfrentarte a un día de trabajo pesado.
- Identificar los momentos de motivación: detectar cuáles son los períodos del día en la que trabajas de forma más productiva. Es fundamental aprender a manejar las urgencias de los clientes, para no ser interrumpido en momentos de máxima concentración. Debes devolver las llamadas y los mensajes una vez acabado el trabajo pendiente.
- Ordenar el lugar de trabajo: mantener la mesa lo más despejada y limpia posible, sin objetos de distracción al alcance de la vista. Herramientas como Evernote ayudan a manejar tu agenda de forma digital.
- Controlar la nutrición: evitar la sensación de hambre, pero sin realizar comidas copiosas que aumenten el grado de somnolencia. También es importante mantenerse hidratado, bebiendo preferiblemente agua.
- Desconectar del trabajo: se vuelve crucial cuando tienes una pareja o familia. Hay que olvidarse del trabajo cuando se termina la jornada laboral. Nada de mirar el correo en el móvil nada más levantarte, de contestar correos a deshoras, etc. Dormir un número adecuado de horas, ayudará a mejorar nuestros niveles de atención y concentración.
- Practicar deporte: mejor invertir una hora de tiempo libre en hacer deporte que ver cómo las paredes de tu casa te consumen. También es necesario estar con los amigos o la familia y disfrutar de cualquier afición que tengas.
Todos sabemos que la actividad física aporta beneficios que repercuten positivamente en nuestro organismo, tanto a nivel físico como mental. Entre las ganancias se encuentran los siguientes:
La productividad es un arte que a la gran mayoría de la gente se le escapa. Dominarlo es el camino más recto para alcanzar tus sueños.