El decálogo de la automotivación
1.- Elimina sentimientos negativos
Normalmente en la vida hay una serie de realidades objetivas, pero en la mayoría de las ocasiones su interpretación depende de tu punto de vista. Es decir, algo que para ti puede ser negativo, para otra persona puede que no lo sea o bien que no sea tan importante como a ti te parece en ese momento. Estar atrapado por sentimientos negativos en muchas ocasiones nos desgasta y no nos permite asumir los hechos y buscar soluciones o caminos que nos lleven a una situación distinta. Por tanto el primer paso para motivarse es desterrar sentimientos negativos.
Para ello lo primero que te recomiendo está relacionado con tu forma de vida: ¿duermes bien? ¿comes cosas saludables? ¿realizas algún tipo de deporte o ejercicio físico? ¿Te ríes frecuentemente? Aunque no lo parezca, todo está relacionado: Si físicamente, estás bien, tienes más opciones de pensar en positivo y desterrar sentimientos negativos.
2.- Desplázate de tu vida cotidiana
A veces un cambio de aire, unas vacaciones o simplemente abstraerse viendo una película o meditando, hace aparcar situaciones cotidianas para darnos un respiro. Al volver sobre estas situaciones si hemos descansado de ellas, generalmente las veremos de otra manera y eso nos permite buscar una solución.
3.- Empieza por plantearte retos pequeños, fáciles de conseguir
Hay muchas personas que se plantean objetivos duros, difíciles o que dan resultado a largo plazo, de los que acaban desistiendo a los pocos días. Es por ejemplo habitual en septiembre o enero encontrarse gimnasios o centros de formación llenos hasta la bandera de personas que han decidido dar un cambio radical a su vida, y que sin embargo abandonan en poco tiempo. Para conseguir el éxito debemos ir poco a poco, no debemos correr.
Es necesario comenzar a plantearse pequeños retos que podamos cumplir en poco tiempo. La satisfacción de conseguirlo, nos permitirá pensar de manera progresiva en retos mayores.
4.- Organizate. Pon los medios para conseguir lo que quieres hacer
A veces nosotros mismos somos nuestros mayores enemigos y nos ponemos todo tipo de zancadillas mentales para no conseguir lo que queremos: No tengo tiempo, tengo que... ahora debo... más adelante...
Por tanto, antes de intentar cualquier reto por pequeño que nos parezca, debemos poner los medios para lograrlo, por ejemplo organizando nuestro tiempo o el de personas a nuestro cargo para disponer de tiempo.
5.- Valora tus logros y esfuerzo
Por pequeñas que sean, todas las victorias que hayamos podido conseguir al cumplir un objetivo deben ser celebradas y valoradas, al menos por ti mismo, ya que así lograremos que nuestra motivación suba y queramos asumir retos mayores.
6.-Dedica tiempo a revisar tu avance en los objetivos que te has marcado
Cuando te plantees objetivos a más largo plazo o resulten más difíciles de cumplir, evalúa tu avance hacia la consecución de dichos objetivos. Eso te servirá para saber si lo estás haciendo bien o debes emplear más tiempo o bien estrategias diferentes y por otra parte también te motivará saber que vas poco a poco avanzando para conseguir aquellos que persigues.
7.- Invita a personas cercanas a decir aquello bueno que tienes y tus virtudes
A veces la opinión que tenemos de nosotros mismos no es la mejor de todas, podemos ser muy estrictos y poner el foco en aquellos que no tenemos, despreciando o no valorando aquello que somos y tenemos. El invitar a otras personas a que te digan que es lo mejor de nosotros o aquello que les gustaría tener que tu tienes, puede ayudarte a descubrir facetas o fortalezas que no considerabas, apoyarte en ellas y sobre todo empezar a pensar en positivo, valorando lo que tenemos o lo que somos y hemos conseguido.
8.- Observa o lee sobre personas que consiguieron lo que se propusieron.
A veces conocer la vida de personas conocidas o famosas, los retos a los que se enfrentaron y lo que consiguieron puede resultar un aliciente en la consecución de aquellos que vamos persiguiendo. También nos puede servir para conocer sus estrategias o métodos de trabajo para llegar a aquello que se habían marcado e intentar adaptar éstos a nuestro esfuerzo diario.
9.- Piensa en el momento en el que consigues lo que te has propuesto
Imagínate que has logrado aquel objetivo que te has marcado. ¿Cómo te sentirías en ese momento? ¿En qué o quien pensarías? ¿Qué harías con ese logro?
En muchas ocasiones vernos a nosotros consiguiendo algo que deseamos consigue hacer real, al menos para nosotros, un sueño, o un objetivo cumplido. Hacer real, palpable una idea o reto consigue hacer que lo veamos como algo que podemos lograr, y por tanto no ayuda a pensar que lo vamos a conseguir.
10.- No te rindas
La mayoría de la personas que han conseguido objetivos importantes en su vida tienen una cosa en común: aunque les haya costado más o menos lograr su propósito, no han abandonado su empuje o esfuerzo personal para llegar hasta aquello que finalmente consiguieron.