¿Cómo fue la evolución de la teleformación en España?
Nosotros nunca hablamos de teleformación que es lo mismo que decir: formación a distancia, como si fuera de segunda división; la primera, la que vale, es la presencial y si no puedes ir a clase, te formas a distancia. No creemos en ese término y menos en ese concepto, porque la tecnología rompe distancias. Además cuando hablamos de e-learning nos entienden todos los profesionales del mundo. En esto pasa como cuando se decía: balompié y ya nadie discute en decirle fútbol.
La evolución ha sido y está siendo espectacular, de no haber prácticamente nada cuando AEFOL empezó a trabajar en el 2001, a ver como hoy todas las grandes empresa en España y en el mundo usan el e-learning, que es la formación que usa la tecnología, que se imparte a través de Internet.
¿Cuándo nació la formación a distancia?
Con audacia suelo explicar que la primera y más antigua formación a distancia se encuentra en la Biblia, sobre todo en las cartas de San Pablo, durante toda la historia el hombre ha querido transmitir su conocimiento de múltiples formas y modalidades, pero sin entrar en profundidades académicas, el auge de la formación a distancia arranca a finales del siglo XIX y tiene su mayor expansión en la segunda mitad del siglo XX. La empresa CCC, un claro exponente de la formación a distancia en España que ha formado a más de tres millones de personas, acaba de cumplir 80 años y se está transformando hacia el e-learning, como todas las empresas de formación que quieren progresar en esta nueva era del aprendizaje.
La tecnología, en sus múltiples formatos, aplicada a la formación, hizo que naciera en 1995 en España el e-learning, que tiene su cuna años antes en Estados Unidos, cuando el Pentágono se plantea formar a los soldados norteamericanos repartidos en distintas partes del mundo.
Nunca en la historia de la humanidad se ha producido una mayor revolución en la transmisión del conocimiento, para mí el e-learning supera ya a la invención de la imprenta, a las personas de nuestra generación nos ha tocado liderar este cambio continuo.
No ha habido otra generación que haya sufrido tantos cambios: yo comencé con la máquina de escribir y con el Typpex y estoy ahora con el e-learning, la inteligencia artificial, con el machine learning, con el blockchain, con la robótica... ¡Nadie ha evolucionado tanto y tan rápido como nuestra generación del baby boom!
¿Cómo describiría el panorama actual?
El panorama actual no puede ser mejor. En la reciente XVIII edición de EXPOELEARNING en Feria de Madrid hemos tenido más visitantes que nunca, se han debatido temas muy innovadores como el blockchain, inteligencia artificial, realidad virtual, robótica, simuladores…cualquier avance tecnológico puede estudiarse su aplicación a la formación, por eso el e-learning no para de crecer y desarrollarse; está muy vivo porque crece y se expande con el uso y aplicaciones de nuevas tecnologías de todo tipo. Mientras haya avances tecnológicos, sean los que sean, habrá e-learning.
La función docente no es explicar, dar clases –eso está desfasado- se trata de acompañar, enseñar a buscar la información necesaria, se acerca mucho más al coaching educativo.
¿Cuáles son para usted las ventajas de la teleformación?
La principal ventaja, en mi opinión, es el just in time, just for me, solo el e-learning es capaz de ofrecernos la formación que necesitamos, cuando la necesitamos y en el momento justo adaptada a mi conocimiento, necesidad, perfil profesional; es el traje a medida para mi conocimiento y progreso personal. Se acabó la lección magistral, más o menos interesante, que un profesor expone en un aula a decenas de estudiantes. La formación on line nos pone a todos en el mismo espacio y lugar, es el uno para todos, todos para uno, es el compartir conocimiento, el aprendizaje continuo, inter-pares, informal, divertido, en cualquier lugar: desde el metro hasta en el campo, no hay fronteras, donde llegue una conexión a Internet, llega el e-learning.
Descarto por viejos, los conocidos argumentos, ya sabidos por todos, de ahorro de costes (el buen e-learning no tiene porque ser más barato que la formación presencial), evitar desplazamientos, etc.
¿Por qué cree que aún hay personas que la rechazan?
Puede haber personas que rechacen el e-learning porque no quieren estudiar, aprender o mejorar en su vida profesional o porque las experiencias que le han ofrecido o realizado son malos cursos, una basura encapsulada en una plataforma, con pdfs copiados de cualquier libro, sin ninguna creatividad, ni adaptación previa, sin tutor, o apoyo en su aprendizaje.
Todas mis experiencias desde 1995 cuando fundamos la UOC o ahora que dirijo tres Masters en IEBS, me demuestran, por las opiniones y valoraciones de los estudiantes, que cuando la formación on line se hace bien, con cariño y profesionalidad, la satisfacción es muy alta.
No obstante no hay que obligar a nadie a estudiar y siempre tendrá al menos dos opciones: aprender en la presencial (coincidencia de espacio y tiempo) o en la on line (estudia con libertad, a tu aire), al menos hasta que llevemos todos el chip, como en la famosa película de Matrix que ahora cumple 20 años y que aquella escena de “enséñame a pilotar ese helicóptero” cada vez está más cerca.
¿Cuáles son los cambios que considera necesarios para lograr un buen resultado de las plataformas en las instituciones educativas?
Sin duda ninguna: que dejen de imitar a la formación presencial. Deben dar un salto en el esquema propio de la formación on line y de la era donde vivimos. Llevamos muchos años con plataformas que simulan aulas, clases, evaluaciones, contenidos, etc., todo igual que en la formación presencial, lo que hemos vivido y aprendido todos, pero ya es hora que nazcan soluciones, como la U42 que se presentó en EXPOELEARNING, donde no se aprende en aulas, ni con profesores, eso es realmente innovar, probar nuevos sistemas, ver si cumplen la expectativas, si aportan buenos resultados y podemos seguir avanzando en un sistema que cada vez se parezca menos a la formación presencial, porque no lo olvidemos nunca: lo importante es que el alumno aprenda, el resto sobra. No obstante, modelos de e-learning hay cientos; debemos encontrar el mejor para nosotros, para nuestros trabajadores, estudiantes, no limitarnos a uno, el de siempre. Sin innovación nos quedaremos estancados y en vía muerta.
El e-learning tiene su cuna en Estados Unidos, cuando el Pentágono se plantea formar a los soldados norteamericanos repartidos en distintas partes del mundo.
¿Qué le diría a alguien que aún tiene dudas sobre la teleformación?
Mire usted, en los tiempos que vivimos, sin formación (sea presencial u online) ni usted ni su empresa tienen futuro. Cuanto más se forme, más innovador será, más hará progresar a su vida profesional y personal. Elija la modalidad que más le guste, que más se adapte su perfil, a sus gustos, a su tiempo, pero ¡fórmese! No puede quedarse sin aprender algo cada día. Y desde luego no tenga ninguna duda que si decide formarse a través de un curso on line, que habrá hecho la mejor elección, porque quien decide como mejor formarse es usted, que es motor de su propio aprendizaje. No se resigne a hacer lo que le digan otros, ¡Apueste por el cambio continuo!
¿Y a un docente?
A un docente: que tiene la mejor profesión del mundo. No hay nada más bonito que ayudar a otras personas a crecer como personas que piensan, que desarrollan su talento, a ser mejores, a aprender, a vivir con más amplitud de miras, a descubrir cosas que no sabían, a compartir conocimiento. ¿Hay algo más bonito que todo esto?
Y por otro lado, que debe cambiar radicalmente. La función docente no es explicar, dar clases –eso está desfasado- se trata de acompañar, enseñar a buscar la información necesaria, se acerca mucho más al coaching educativo, que a la profesión tradicional de magisterio que nació con Aristóteles hace 25 siglos y se está acabando. El siglo XXI nos está trayendo ya el nuevo docente tecnológico. Mi recomendación es que hagas el cambio cuanto antes y triunfarás; si sigues haciendo lo mismo, desaparecerás.