Así pues, un Entorno de Trabajo Saludable se define por la OMS como aquel entorno en el que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad del ambiente de trabajo en base a los siguientes indicadores:
- La salud y la seguridad concernientes al espacio físico de trabajo.
- La salud, la seguridad y el bienestar concernientes al medio psicosocial del trabajo incluyendo la organización del mismo y la cultura del ambiente de trabajo.
- Los recursos de salud personales en el espacio de trabajo.
- Las formas en que la comunidad busca mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y de otros miembros de la comunidad
Este concepto no pretende alejarse del enfoque tradicional de la seguridad y salud en lo que se refiere a la protección y prevención sino que pretende ser completado con un enfoque de promoción de la salud. No debemos olvidar que la salud es única, no pudiéndose desvincular la salud laboral de la personal.
No hay duda de que el trabajo, las condiciones en que éste se ejecuta (no sólo en relación a la seguridad, o ergonomía o el estado del medio ambiente de trabajo sino también en cuestiones de tipo organizativo – demanda/control, responsabilidad, relaciones de trabajo interpersonales, horarios, carga/ritmo de trabajo, conciliación..) afectan a la salud de los trabajadores. Y tampoco hay dudas de que determinados hábitos personales de salud o sociales pueden afectar también a la salud de los trabajadores capaces de repercutir e influir en las organizaciones (a veces de forma negativa) y en la sociedad en la que viven (sistemas socio-sanitarios se ven particularmente afectados).
Cuando hablamos de empresa saludable hablamos de empresas que ya cumplen con la legislación en Seguridad y Salud y van más allá, son conscientes de la importancia y el valor estratégico que aporta el bienestar de su personal, de que su preocupación por la seguridad y salud de sus trabajadores se volverá recíproca, esto es, los trabajadores se sentirán más ligados a la empresa favoreciendo auténticos embajadores de su organización, aumentando su productividad y obteniendo una ventaja competitiva en el mundo empresarial.
Hay numerosos estudios y bibliografía sobre Los costes de la No prevención (coste económico de jornadas perdidas, indemnizaciones, recargos en seguros, pérdidas de producción…etc. Todas ellas valorables económicamente) y los hay también sobre el retorno que generan las acciones de promoción de la salud (por cada euro invertido en programas de salud en el trabajo se genera un retorno de la inversión de entre 2,5 y 4,8 euros en absentismo y de entre 2,3 y 5,9 euros en costes de enfermedad).