Con el objetivo de minimizar el impacto de estas enfermedades, el 13 de diciembre de 2014 entró en vigor en España el Reglamento nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo del 25 de octubre de 2011, según el cual, todas las empresas de hostelería, están obligadas a proporcionar a sus clientes información sobre los alérgenos que puedan contener los alimentos.
Eso quiere decir, que a partir de esa fecha, todos los trabajadores deben conocer estas enfermedades, los alimentos que las causan y los métodos de control de los ingredientes, ya que los accidentes por reacciones alérgicas debido a las trazas pueden tener consecuencias muy graves para la salud, además de las consecuentes sanciones administrativas.
Además, si a todos estos datos sumamos el hecho de que 7 de cada 10 reacciones alérgicas graves se producen (según ha reconocido la Unión Europea) cuando la gente come fuera de casa, es imprescindible que todos los trabajadores de establecimientos hosteleros involucrados en la producción, comercialización y distribución de alimentos, cuenten con la formación suficiente para mantener a sus clientes debidamente informados y evitar así estas situaciones.
Alérgenos, y etiquetado son dos de las cuestiones que más dudas generan entorno a este tema. Es fundamental contar con la formación necesaria para establecer y poner en práctica las medidas de control adecuadas para evitar cualquier problema de salud derivado del desconocimiento.
Esta nueva normativa obliga a informar a consumidores y clientes de la presencia de las sustancias que puedan causar intolerancias y alergias alimentarias de todos los alimentos no envasados, así como los envasados a granel. Es imprescindible saber leer estas etiquetas, tanto a la hora de hacer la compra como cuando vamos a comer fuera de casa.
¿QUIÉN DEBE INFORMAR?:
Bares, restaurantes, comedores escolares, quioscos, empresas de catering y comida para llevar, así como cualquier establecimiento que venda comida preparada.
¿CÓMO INFORMAR O LEER LAS ETIQUETAS?:
Con el objetivo de informar, los trabajadores del sector hostelería y del resto de establecimientos implicados, deben adquirir formación y conocimientos necesarios para asegurar la salud de sus clientes y no incurrir en importantes sanciones económicas que pueden llegar a los 600.000€. De esta forma, cada vez nos resultará menos extraño ver el contenido de alérgenos en la carta o menú de un restaurante, o el modo en que un camarero sirve un plato, evitando la contaminación cruzada entre alimentos con alérgenos. Aquí tenéis un ejemplo de etiqueta para que aprendáis a interpretar las siglas y datos que aparecen en las etiquetas.
Imagen: EL PAÍS.
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